Todo comenzó el viernes pasado. Al parecer, Diego Barrado contrajo un inocente resfrío que se fue propagando entre sus compañeros y se transformó en un agresivo virus que afectó a 10 a jugadores y hasta a un utilero. Nada grave ni para preocuparse pero ya en la práctica de ayer, algunos tuvieron que faltar y otros, que se llegaron hasta Ojo de Agua, fueron mandados de vuelta a casa.
"Es un virus bastante agresivo y contagioso", explicó Agustín Muñoz, médico del equipo luego de diagnosticar y medicar a Barrado, Gabriel Méndez, Deivis Barone, Líder Mármol, Juan Pablo Pereyra, Leandro Collavini, Alberto Argañaraz, Santiago Ladino, Cristian Lucchetti, Federico Almerares y Daniel Mancinelli, uno de los encargados de la utilería.
Aquello que ingresó el viernes al organismo -en principio- de Barrado fue dispersándonse en el resto del plantel facilitado por la convivencia de un equipo en plena concentración. El hecho de compartir habitaciones, el aire acondicionado, tomar de la misma botella, etcétera permitió que un tercio del plantel esté o haya pasado por tos, fiebre, dolores, por mencionar algunos de los síntomas.
Ayer, en el complejo Ojo de Agua, el escenario fue el siguiente: una charla previa de Ricardo Rodríguez tenía en sus oyentes al "Flaco", que debutó el domingo ante Defensa y Justicia. Sin embargo, cuando el técnico dejó de hablar y los puso a trabajar, Pereyra ya no formaba parte del grupo. Muñoz lo había mandado de vuelta a casa con los medicamentos para que la recuperación no tome más de lo debido. "Estoy mejor. Tuve que volver con los remedios a mi casa. A mí me agarró después del partido", dijo Pereyra.
El que directamente se quedó en casa fue Méndez en las mismas condiciones: resfriado y con dolores. "Es un virus estacionario. En esta época del año están dando vueltas y con los cambios de clima las defensas bajan", explica Muñoz, cuyo trabajo se incrementó en las últimas horas. En tanto, Barone se limitó a trotar alrededor del complejo junto al kinesiólogo Patricio Peralta. Es cierto que también tenía una minúscula molestia física pero el resfrío tuvo que ver.
Para colmo, cuando finalizó el ensayo, las duchas no tenían agua caliente, algo que se solucionó rápidamente pero conspiraba contra la situación. Ladino entró al vestuario con varios sobrecitos de té revitalizador y salió con una campera y la capucha puesta.
"Este no es un plantel tan grande. Varios muchachos están engripados y con molestias", dijo el entrenador luego del ensayo. Pero él no es el único que se lamenta en la semana previa al partido contra Gimnasia de Jujuy. Mario Gómez, su colega del "lobo" que perdió en Bahía Blanca ante Olimpo, declaró ayer en Radio Nacional de Jujuy que varios jugadores habían sido afectados por una bacteria en el estómago.
Aquello fue confirmado por Pablo Carrillo, el médico de Gimnasia. "Se trata de un virus gastrointestinal. Fue algo que comieron en algún lado y que no pudimos precisar. Todo empezó entre el viernes y el sábado", señaló Carrillo quien además aseguró que casi todos los miembros del plantel lo sufrieron aunque se están recuperando.
Para hoy, se espera que varios acusen mejoría del tratamiento y en principio, darle a "RR" un plantel completo. Ayer ganó el virus. Hoy, Atlético dará pelea.